lunes, 31 de mayo de 2010

La fiesta "este año supuestamente termino"

Como sabéis por mi última entrada el viernes fue mi “graduación”. Al final opté por el vestido verde corto, corto, corto y sí, las monjas me echaron una mirada como para tener pesadillas con ellas. Además llegué tarde pero tengo una buena excusa. No sabía si ponerme una chaqueta larga o una corta. Después de un tira y afloja entre mi madre y mi abuela discutiendo sobre qué chaqueta me tenía que poner –un tira y afloja de unos quince minutos- al final me dejaron decidir a mí y cogí la larga.

Ya de primeras la cosa fue con mal pie. En concreto el derecho, porque me rozaba un montón el zapato…Llevaba 11 centímetros que aunque muy favorecedores no me permitían recorrer distancias largas….

Antes de entrar me llaman. Veo en la pantalla “Él-mismo-pero-mío”. Lo cojo. Es su madre.

- Dile a tu madre que le hemos reservado un sitio más o menos delante.

Hay.Dios.mío. No se conocen. Y no tenían porqué. Días antes hablé con Él-mismo-pero-mío y le supliqué que lo evitara… Me dijo que era inminente, que algún día tenía que ocurrir. Resulta que es vidente.

No tenía por qué ser ése día. No tenía que ser este mes, ni este año, ni el que viene… Recé para que en la puerta no le dejaran pasar al palco de abajo y le mandaran arriba. Casi, pero no.

Al final entramos y decidí no quedarme allí para verlo. Dejé a mis acompañantes sentadas y ni si quiera me molesté en presentaciones. Salí de allí lo más rápido que me permitieron los tacones y tras tal acto de cobardía pillé al idiota de El-mismo-pero-mío y regañé. Como si fuera un niño.

Después de un rato de fotos, tonterías, nervios, presentaciones, nervios, más presentaciones, etc., llegaron los entogados a darnos una charla. Entre ellos estaba el rector de la Complutense, muy preocupado por cierto, de intentar hacernos gracias en su discurso. Si yo fuera él, me daría vergüenza salir ahí delante de un auditorio lleno a hacer chistes malos e intentar meter algún chascarrillo -a menos que fuera Arguiñano que entonces no- mientras muchos sólo pensábamos en lo que ocurre con los colegios mayores y en su apoyo a Garzón. Politiqueo cutre, del malo, ¡Ay señor Berzosa...!

Dejo de irme por las ramas…Nos llaman de doce en doce para salir a que nos pongan la banda de fieltro cutre con bordado más cutre aún y de color azul cielo feo. Yo con mis tacones y mi mini-mini-vestido, que parecía más una Barbie –nadadora, eso sí…. Nada por delante, nada por detrás…- haciendo un pase de modelos. Y como yo, decenas de chicas que andaban dando zancadas tipo caballo flamenco haciendo un paseíllo.

Y ahí se acaba. Sólo los licenciados cantan, los diplomados agachamos la cabeza mientras ellos disfrutan. Y de ahí más y más fotos. Con el amigo, la amiga, el padre, la madre, la tía, el primo, los profesores, los enemigos… en las graduaciones todo el mundo se quiere.

Toca irse, primero una cerveza en un bar de fritanga (casi cinco euros una jarrita…) y después al “restaurante”. Sí, entre comillas. De pie, con un clutch, una chaqueta y una copa repartidos en mi manos, dando besos a la gente e intentado no ponerse en el camino de algún que otro camarero patoso. Cincuenta euros por ver pasar 5 bandejas con la comida más glamurosa de mundo: Sándwiches con UNA loncha de lomo o con un trocito de queso. Pinchitos de pollo y manzana que chorreaban salsa extraña y que me manchó los zapatos, galletitas saladas con una pasa... y un calor de invernadero.

Yo buscaba desesperada alguna bebida consistente que anestesiara mi dolor de pies. Pero la bebida casi no estaba graduada –cerveza y sangría- aunque desde luego que tenía mucha más graduación que la mayoría de los que estábamos allí. ¡Pero si todavía no hemos hecho los exámenes de finales

Lo mejor fue encontrarse con algunos personajes del pasado… compañeros de clase a los que no se les veía desde primero. Os juro que esto ocurrió de verdad: Estaba yo con mi coca-cola en la mano, mi clutch en la otra hablando con un chico del turno de la mañana; de pronto llega uno y me dice: “Hombre, qué tal Cris, ¿cómo estás?” Contesto que bien, pero mirándole con raro intentando descifrar su cara, recordar su nombre…. Pongo cara de no-sé-quién-eres-creo-que-te-equivocas y me dice: “¿No te acuerdas de mí?”.

¿No es evidente que no?

- No te ofendas, pero no….

- Íbamos juntos a clase en primero…

Dios, qué mala memoria tengo….

Sigue: - De hecho nos sentábamos al lado.

- ¿En serio?- Empiezo a preocuparme…

Tras varios intentos que hizo el pobre chico intentando que me acordara de él se marcho. Yo desde luego que en su lugar habría marchado a la primera. Una retirada a tiempo es una victoria.

Nos cierran el restaurante. ¿Y ahora…? Kapital. No vuelvo. Algún día escribiré auna entrada sobre esta discoteca....Demasiado grande, demasiada gente, huele mal… Cada tanto un sobresalto –creo que por eso que se llama megatrón… una máquina que suelta humo que huele a golosina- y por supuesto ciega. No de alcohol, que conste sino de las luces de mierda que me parpadeaban continuamente en la cara y de las cuales no se podía una refugiar. Yo, el alma de las fiestas, la que siempre aguanta hasta la hora que sea con todos sus centímetros de tacón, me fui de la fiesta antes de lo normal.

Para colmo me tocó un taxista rarito… pero esta es otra historia… sólo digo que entré en el coche y olía a porro.

Menos mal que el año que viene me vuelvo a graduar…

viernes, 28 de mayo de 2010

SOS Graduación en tres horas.

Hoy me gradúo (bueno, tengo la fiesta de "voy a intentar terminar este año"). No sé qué ponerme. En pcas horas tengo que estar en el salón de actos y ni he comido ni me he quiado el pijama. Cojonudo.

Opción 1: Vestido verder muy muy muy muy muy corto. Con encajes. Precioso. Las monjas (sí voy a una universidad religiosa) no me dejarán subir a por mi banda ni mi pin de antigua alumna.

Opción 2:  Vestido negro no tan corto pero sí muy ajustado. Más discreto, sobrio. En la fiesta de después  ni se me verá.

Opción 3: Vestido gris de comunión, anchito, con manguitas frufrú y con largo adaptable... La media de edad de la gente con la que me gradúo es de veintitrés. Ya tengo dos años menos si me quito otros dos pareceré la hermana pequeña de alguno.

Opción 4: Llevar un vestido para el acto y otro para la fiesta. ¿Dónde me cambio? ¿No es un poco ridículo?


SOS.

martes, 25 de mayo de 2010

Anatomía post- abandono por parte del novio.

- Ainss... creo que me duele el corazón.
- ¿En serio? ¿Mucho?
- Espera...¿? Ah, no, espera que el corazón está al otro lado...
- Dios mío, la estamos perdiendo...

miércoles, 19 de mayo de 2010

Mala cocinera...

Desde hace un año me he aficionado a la comida japonesa. Y digo aficionado porque no soy forofa del sushi y del pescado crudo, sino adicta, únicamente, al niguiri.

He intentado hacerlo en varias ocasiones pero jamás he conseguido nada si quiera que se le parezca…. Y es que hasta se me ha llegado a quemar el pescado crudo. No, no es que sea idiota –creo- ni que no entienda el significado de crudo –que para el caso sería lo mismo, idiota-, sino que mientras preparaba una cosa, dejé el pescado donde no debía… en la vitro, que por cierto estaba encendida.

Pero es que tampoco tenía dónde dejarlo… en mi casa nadie cocina así que en una de las miles de reformas que mi madre ha hecho en casa –las odia, pero es adicta- se deshizo de lo prescindible de la cocina…. Vaya, que dejó la vitro, el fregadero, un microondas y una triste campanita que no sé si funciona. Ni una encimera, ni un horno… nada, en su lugar hay un enorme sofá donde poder comer tumbado si te da la gana, eso sí, comida preparada.

Una vez tuve que hacer un trabajo para Ciencias de la Naturaleza y su Didáctica. Apasionante… tenía que hacer ¡una receta de cocina creativa! Y explicar todos los procesos que se iban dando… que si ósmosis, que si…. Bueno, no me acuerdo, pero vaya que mi plato creativo terminó siendo una fajita al microondas. Pues hasta para eso tuve problemas… Usé la vajilla buena que tenía un ribetillo dorado… y ale, en vez de fajitas lo que hice fue crear un microclima dentro del microondas… -jeje viene perfecto el nombrecito, aunque sea redundante- Aquello parecía una tormenta eléctrica… una cantidad de rayos impresionante y ¡tenía hasta una nube! Aunque evidentemente mi nube era del humo de lo que se estaba quemando, no de vapor de agua…

Tan mal se me da la cocina que cuando estoy sola me inflo a bocadillos… y eso que me da pereza hacerlos...menos mal que mi metabolismo parece que de momento me lo permite y perdona…. –aunque los Levis, no-. Pero ya para colmo de los colmos, resulta que soy maniática de la limpieza aunque vaga para limpiar… ¿solución? No ensuciar. Y me diréis que comer pan sin ensuciar es imposible… pues aunque parezca mentira yo ya lo he conseguido. Es un arte, una acrobacia, lo nunca visto… vaya, que como bocadillos encima del fregadero.

Por cierto, en el trabajo me saqué un ocho…

jueves, 13 de mayo de 2010

La afición atlética... me sonroja....

Ayer iba en el metro justo después de que el Atlético de Madrid ganara la copa. Justo en el andén de enfrente me encontré con eso:




Conmigo había otra chica mirando (a la cual no conocía, pero que su cara me sonaba un montón) y de repente ví que se iba... con paso ligero. Miro, los del andén me miran y entonces me doy cuenta...

Nos estaban cantando...¡Quítate la ropa! ¡Quítate la ropa!

Vaya, que guardé mi cara y me fui de allí lo más rápido que me permitieron mis taconazos... que vergüenza...

No se cuál de todas las aficiones es peor... o mejor, porque después de esta, tengo un mes de autoestima alta.



miércoles, 12 de mayo de 2010

SÍ y NO.

Un maravilloso día de primavera, con dos bolsas de mocos colgando de mi nariz allá por comienzos de los noventa fue cuando comprendí por primera vez en mi vida, el gran y complicado engranaje de ésas dos palabras hasta entonces para mí sin significado: NO y SÍ.


La verdad es que me llevó a más de un quebradero de cabeza, -literal-. Andaba yo jugando con mis barbies –aún no sabía decir mucho, pero palabras como zapato, bolso, vestido y falda se repetían a menudo en mis juegos- cuando oí discutir a SuperMamiFashionista (SMF) con SuperMaridoPacienteAguantaTó (SMPAT). Recuerdo vagamente el tema de la discusión… pero sé de seguro que ella no tenía nada en claro….

SMF: Pues ya no me da la gana.

SMPAT: Pero si quieres vamos, que a mí me da igual.

SMF: Que ya NO quiero.

SMPAT: ¿Pero por qué?

SMF: Pues porque me hacía muchísima ilusión pero como me has dicho eso ya no quiero ir.

SMPAT: Entonces sí que quieres ir.

SMF: Sí.

SMPAT: Pues vamos.

SMF: Que ya NO quiero.

Él pierde la paciencia y decide marcharse a otra cosa…. Ella me mira y me habla.

- ¡Pero que se ha puesto a ver la tele! Este es tonto, que yo quiero ir….

(Yo pienso, tú eres tonta, que no sé porqué no berreas y pataleas para ir…) De pronto él vuelve, con las llaves del coche en la mano, las gafas de sol puestas… y le dice: “venga anda, vamos que te lo pierdes”. Ella me mira y entonces me da la gran lección de mi vida: “Cuando quieras decir sí, di que no, cuando sea no, tú di que sí”.

Vale.

NiñaFuturaAdictaAlCafé hace una montaña de cojines encima del sofá: “Mami, ¿me puedo subir?” Ella contesta: “No hija, no puedes”. Mi cerebro, esponja-cualquier-cosa escucha NO pero procesa SÍ.

Caída primero rebota contra la puerta y luego de cabeza al suelo.

AdolescenteFuturaAdictaAlCafé va a su primer campamento. El chico guapo le pide salir. Ella dice NO. Él dice: pues peor para ti.

AdictaAlCafé hace dos años:

ElMismoPeroMio: ¿Vienes a casa a comer?

Yo: No.

- ¿Seguro?

- Seguro, NO.

- Hmmmm… Te espero a las dos.

Un NO, es No a la primera, tal vez lo sea a la segunda, pero es SÍ a la tercera.

martes, 4 de mayo de 2010

Propuesta de ley de una ciudadana comprometidísima.

No sé qué ministerio debiera ocuparse de esto, pero ruego, encarecidamente una ley que establezca las condiciones mínimas de higiene para personarse en edificios y espacios públicos. Suplico la creación de una Dirección General de Higiene –como la DGT- y que incluso haya un personal de seguridad que garantice –valga la redundancia- la seguridad higiénica de los ciudadanos. Así creamos empleo y todo. Además propongo que se multe a aquellos que incumplan las normas de higiene presentes en la ley lo que sería una reeducación para muchos, una putada para otros, un alivio para algunos y una forma de llenarse los bolsillos para los políticos. Si es que es perfecto.


Necesitamos un ambiente desprovisto de riesgos para la salud psicofísica de los ciudadanos, hay que proteger a las personas y al medio ambiente en general, contra los riesgos que directa o indirectamente afectan a la salud, la seguridad y el equilibrio ecológico –y a veces hasta mental-

Presento algunas situaciones que esta ciudadana concienciada consideraría como faltas graves:

Situación número uno.
Voy por la calle y de frente viene un tío que sale del gimnasio que tengo al lado de casa. Un tío bueno, vamos. Me mira, le miro, nos miramos –¡sé conjugar verbos!- y de pronto empieza a girar la cabeza, sin apartar la mirada de mí y hace jjjjjjjjpuag toma ya, escupitajo al canto. Le cortaría las pelotas. ¿En serio pretende ligar así?

Situación número dos.
Vas en el metro a las ocho de la mañana. Línea seis, sin aire acondicionado. El tren hasta arriba de gente y hasta arriba de mierda. Nadie se agarra a las barras de arriba a menos que:
A) Haya mucha gente y no tengas otro sitio donde agarrarte –a esas horas hasta el culo de tu novia está ocupado-
B) Mides dos metros.
C) Tienes complejo de mono.
¿Por qué? Por que huelen mal, y lo saben. ¿Será posible que la gente huela mal ya desde las ocho de la mañana?

Situación número tres.
Tengo que llevar la música a tope. Lo he descubierto esta mañana. Se me habían olvidado los cascos en casa…. De pronto oigo detrás de mí jjjjjjjjjjjjjpuag. Un chico que no da la sensación de ser del gimnasio de al lado de mi casa. Le miro con cara de asco, él me mira con cara de “¿qué?”
Sigo andando, pienso que habrá sido otro. Y vuelvo a oír ese sonido asqueroso que me da ganas de vomitar. Jjjjjjjjjjjjjjjjjpuag. Miro atrás y es que no hay nadie más que el chico ese. Le vuelvo a mirar con cara de asco –más que antes- y él me evita la mirada. Al menos este ha terminado por sentir algo de vergüenza.
Al menos con la música no lo hubiera oído.

Situación número cuatro.
¿Por favor es que la gente no tiene para un mísero clínex? ¡Si en muchas farmacias de los regalan! O una servilleta de tela por lo menos….
Por favor, una sanción para aquellos que estornudan en su mano y luego se agarran de las barras del metro o del bus sin ningún reparo.

Situación número cinco.
Una de las peores imágenes que guardo en mi cabeza –por desgracia- es la de los tíos sentados en el metro con las piernas abiertas y las manos ahí mismo. Si quieres demostrar hombría deja de rascarte las pelotas y cédele el sitio a mi abuela.

Situación número seis.
Por favor…. Que no sois futbolistas…. ¡¡Usad pañuelos para sonaros los mocos!! Nada de soltar el mocarro soplando por un orificio mientras te tapas el otro….

Situación número siete.
Por mear en la calle te puede caer una pedazo de multa… vale, pues multemos también las necesidades mayores….

Situación número ocho.
Si sudas mucho date bien de desodorante y por favor, no vayas a las tiendas y te pruebes las camisetas….

Situación número nueve.
A) Vienes de hacer deporte. No te descalces.
B) Es verano. Llevas unas manoletinas muy monas, pero de plástico. No te descalces.
Situación número diez.
Los piojos no son mascotas.

Situación número once.
Totalmente verídico. En un autocar. Un señor se descalza y plante su pie en el reposabrazos de la de delante. Un pie con uñas amarillas, lleno de callos y tan tieso que hasta tiene la piel rajada. Pero qué tío más guarro. La pobre chica de adelante coge una bolsa y empieza a vomitar. ¡Lo juro! Esto es para cortarle el pie e incinerarlo. Pero como vivimos en un país libre y democrático con un soborno bastará para que no le metan en la cárcel más de un día, aunque se merece un año entero aprendiendo a hacer pedicuras haciendo prácticas con sus compañeros presos.

Situación número doce.
Multa para todos aquellos que van al baño y luego no se lavan las manos. Tocan el pomo de la puerta... y tu también después de haberte lavado las manos -¿para qué?- .
Tal vez debiéramos colocar y mantener en lugares visibles avisos o carteles que indiquen medidas de higiene a los ciudadanos…. Que los grifos vengan con manual de instrucciones y que los champús tengan que venderse al lado de las cervezas – en vez de al lado de las compresas-.
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