domingo, 8 de enero de 2012

Cuando te mira un tuerto fijamente....

...lo llevas claro. Como algunos habréis notado, no he escrito nada en mucho tiempo. Pero tiene su explicación, una racha de muy mala suerte que ahora que ha pasado (más o menos...) puede resultar graciosa. Ya de antemano os digo a los que me leéis y vais a reíros de mí que sois unos cabrones ;)


Hace tres meses y medio me mudé a Londres y ¡Dios lo que me arrepiento! Hace frío y llueve hasta la más absoluta de las monotonías.

En Londres todo es caro. Caro que te cagas. Con lo que te gastas en un viaje en metro en esta ciudad puedes comer en España una semana. Hace dos días sin ir más lejos pedimos pizza a Mamma's pizza, unos 20 euros. He de decir que lo primero que hizo mi amigo Yannick alias "El Alemán" fue borrar el número de la pizzería de su móvil. Y que comer esa pizza ha sido lo más cerca que he estado de la muerte desde que estuve en parada cardíaca. 

Intenté alquilar un piso. Nadie quería alquilarme nada porque era estudiante y todos, TODOS me pedían un aval en Londres. Vamos a ver, si soy estudiante e inmigrante las posibilidades de tener un aval en el país son... ¿cero? Así que ofrecí aval bancario peeeeeeeeeeero... tal y como están las cosas en España, ¿quién iba a querer un aval bancario español? Pues ale, seis meses de alquiler por adelantado. 

Intenté abrir una cuenta en el banco. Obviamente necesitaba una. Pero como soy estudiante y española ningún banco quiso abrirme una. Visité seis malditas sucursales bancarias y en ninguna quisieron hacerme el enorme favor de abrirme una cuenta. Dos respuestas curiosas que me dieron: en el Barclays me soltaron algo así como "cuánto más dinero ingreses de primeras, más posibilidades tienes de que te abramos la cuenta... unas dos mil libras sería lo adecuado" ¿¡Dos mil libras!? ¿¡Dos mil putas libras!? ¿¡ESTÁIS LOCOS, O QUÉ!? En los reales hijos de puta del banco escocés me dijeron que no podían abrirme una cuenta si no tenía pruebas de haber pagado facturas... 
- Verá usted, para pagar las facturas, necesito abrir una cuenta.
- Para abrir la cuenta, necesita pagar facturas.
- No señor, para pagar facturas necesito tener una cuenta.
- No señora, para abrir una cuenta tiene que haber pagado facturas.
- Que te jodan, cabrón.

Finalmente conseguí abrir una cuenta en el HSBC, una cuenta "pasaporte" lo que se traduce en una cuenta para delincuentes, inmigrantes sin dinero y gente de no fiar. La cuenta ME CUESTA ocho libras al mes. Bueno hasta ahí todo regular. Pero, ¿cómo iba a salir algo bien? Los muy inútiles del banco me mandaron la tarjeta a mi dirección de España. Bueno, un error lo tiene cualquiera... En dos días mi madre me la manda a Londres y ya. Pues no: Su incompetencia llega a tal punto de estupidez que me mandaron una carta a mi dirección de Londres diciéndome que mi tarjeta había sido enviada. Hay que ser gilipollas. 

Una semana más tarde me llega la tarjeta. Tardó una semana porque coincidía con fiestas en España. Como no tenía tarjeta, no había podido contratar internet, y como no tenía internet, no podía activar la tarjeta más que por teléfono. Hablar por teléfono con una máquina es harto difícil. Y decirle que te repita las cosas o hable más despacio es inútil. Total, que no sólo no me activaron la tarjeta sino que además me pasaron con una señorita muy antipática que me informó de que iban a cancelarla. 
- ¿¡Por qué!?
- Verá, la máquina le ha preguntado por sus palabras clave y códigos y usted no ha dado ninguna respuesta correcta. 
- No sabía ni que me estaba preguntando eso, no entendía nada. ¿No puede usted hacerme las preguntas? 
- No. No creemos que usted sea la señorita Cristina, creemos que está suplantándole la personalidad. 
- Que te jodan, cabrona. 

Total, que me presento en el banco… y me dicen que de todas formas como mi tarjeta había sido enviada a una dirección equivocada ya estaba cancelada de antes.
- ¿Y por qué no me avisan de esto?
- Bueno, creímos que era evidente.
- Lo que es evidente es lo tontos que sois, coño.

Un mes después, sigo sin tarjeta. Pero he encontrado piso. Ale, telita…
Dos meses buscando en Gumtree mandando emails y haciendo llamadas a diario… y conseguí ver dos pisos. ¡Aquello era la guerra! Había que estar actualizando la página cada dos segundos (hazaña homérica por cierto, en una casa con una conexión prehistórica que utilizan seis personas al mismo tiempo más la casa okupa de en frente) y ser el primero en llamar, llegar al piso, decidir si quedarse o no y pagar.

De lo que ví, me quedé pasmadísima, ojiplática, ensimismada, atónita, patidifusa, anonadada, estupefacta… “Spacious room” vino a ser un armario delante de la ventana y una cama doble encajados en tres metros cuadrados con techo aboardillado. Trescientas cincuenta libras al mes más facturas (alrededor de cien libras)  en zona cuatro. “Stunning room in a clean, tidy an cozy flat  Una habitación gigante, sí, difícil de la calentar en una casa llena de moquetas hasta en las paredes con unas manchas de lo más sospechosas. Seiscientas cincuenta libras al mes más gastos y las visitas prohibidas.

Total, que encontré un piso para mí solita, sin moquetas, ni armarios delante de las ventanas… un piso sin nada, ni un triste tenedor. Bien, una tarde en Ikea, dos horas en el parking de Ikea buscando una furgoneta que me lleve los muebles y ale, arreglado. (En realidad fueron dos horas bajo la lluvia mirando con desesperación dentro de cada furgoneta que había en el parking mientras cargábamos con todas las mierdas que había comprado). Encontramos una y por veinte libras no sólo me lleva  los muebles sino que ¡me lleva a mí también! Llego al piso a eso de las 10 de la noche tras haber pasado alrededor de 5 horas en Ikea y… hay que subir dos pisos con todo. Desde entonces puedo romper costillas de un abrazo.

Aquella noche no dormí en el piso como es obvio. Pero la noche siguiente para estrenarlo dos amigos vinieron a ayudarme a montar los muebles y a beber como cosacos. Bruno, alias “El brasileño” y Lucas, que no tiene alias porque es español, montaron muebles mientras yo bebía deprimida… “¿Por qué?” preguntaréis… pues porque la pila de la cocina estaba atascada. Y porque había una ventana rota. Y porque no funcionaba el gas... invierno, en Londres sin gas significa hipotermia al canto. Hacía tanto frío que tuvimos que dormir los tres en la misma cama para pasarlo menos mal.

Durante una semana la agencia a través de la cual alquilé el piso y yo intentamos localizar al casero. Hasta que no recibió un mensaje con una amenaza de demanda no apareció. Dos semanas tardé en solucionar el problema del gas. No había un proveedor de gas así que yo, con mi mierda de inglés, intenté comunicarme con más máquinas que no entendían mis respuestas. Una vez conseguí abrir una cuenta con British Gas y ya podía cocinar descubrimos que… ¡el calentador estaba roto! Así que otros tres días sin calefacción ni agua caliente. A veces iba a ducharme a casa de Bruno, a veces a casa de Lucas, a veces me duchaba con agua fría, a veces no me duchaba….

Total, que me arreglan el gas, bien, parece que las cosas empiezan a ir bien. ¡Já! Dos días después el calentador vuelve a estropearse. Y otra semana sin agua caliente…porque el grandísimo hijo de la gran puta del casero no aparece. A todo esto mi ex agobiándome con “cuándo vamos a quedar para devolvernos las cosas”, “eres una mala persona”, “arpía” y otras cosas feas que no se dicen tras romper una relación.

El maldito y único día en el que me toca abrir la tienda donde trabajo a un imbécil con muy poco sentido de la comunidad se le ocurre tirarse a la vía del tren, lo que retrasa mi primer tren y por tanto el segundo, y por tanto llego tarde a trabajar. Mal, muy mal.

El que trabaja en la tienda de al lado me observa continuamente y me pone muy nerviosa. Se dedica a hacer ruidos raros para que le mire y entonces sonreírme. Le he pillado mirándome el trasero y siempre me habla de amor. Por suerte no hablamos el mismo idioma. Siempre que le doy la espalda intenta venir por detrás sin que le vea, acercarse mucho (demasiado) y darme un susto. Ahora ya sé cuando viene porque le huelo el aliento cuando está a dos metros de distancia.

Llevo un mes sin patinar porque no tengo tiempo, llueve, o ya es de noche cuando me queda un rato libre y, a diferencia de España, aquí no hay luces en los parques por la noche. Y por cierto, tengo una carrera que estudiar.

¿Habéis visto ese capítulo de los Simpsons en el que a Homer le salen bultos en el cuello cuando intenta no estallar de rabia? Pues me ha salido uno a mí muy bestia que no consigo eliminar y que me mata de dolor.

He perdido unos kilos… claro, ¿qué esperaba de un país en el que el plato nacional es un pescado empanado con patatas fritas? A parte, que no tengo ni idea de cocinar y mi cocina es de gas. En mi casa no recuerdo haber visto una de esas en toda mi vida… el fuego me da pánico.

Continuará….
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