Salgo de fiesta por Londres y veo a esas muchachas con esas... bragas altas y carnes enrojecidas bajo la nieve y me viene a la mente esa frase de... ¿cómo era? "La culpa es de las hormonas, que las visten como putas". Ojo, que yo soy de las de "llaves, móvil, dinero, dignidad... bueno, eso lo puedo dejar en casa" y me voy de juerga.
Eso y que mi jefa se pasa, literalmente, "la igualdad de condiciones y oportunidades por el forro". Que la ley dice que los hombres no cambian pañales. Y yo digo que todo está en El Quijote, en la Constitución no hay nada.
Buen fin de semana.
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viernes, 22 de marzo de 2013
jueves, 27 de diciembre de 2012
viernes, 23 de noviembre de 2012
domingo, 18 de noviembre de 2012
Cámaras no.
Desde que sé que Londres está llena de cámaras, vivo con miedo de encontrarme en un video "longboard fail compilation" en youtube.
jueves, 11 de octubre de 2012
Londres me vuelve loca.
Hoy he redefinido dos de mis teorías:
Aquello de "por lo menos me ha dicho la verdad" es una mierda como una catedral. Utilizar eso para excusar a alguien o excusarse a uno mismo es una memez. Las verdades duelen, a veces más que las metiras. Por eso que a algunos nos gusten tanto los mundos de "yuppie". Y sólo porque te digan la verdad, no merecen el perdón.
Creo en la existencia de un "amor de mi vida" y un "hombre de mi vida". Aún no sé quiénes son (probablemente no lo sabré hasta que muera, lo cual plantea si algún día de verdad lo sabré), pero dudo que vayan a ser la misma persona. Muchos pensarán que los más afortunado será tener a los dos en uno. Yo prefiero disfrutar al máximo de cada uno de ellos en su adecuada etapa en la vida, mi vida.
Y un refrán que hoy me ha venido a la cabeza:
Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer (¿o no?).
Aquello de "por lo menos me ha dicho la verdad" es una mierda como una catedral. Utilizar eso para excusar a alguien o excusarse a uno mismo es una memez. Las verdades duelen, a veces más que las metiras. Por eso que a algunos nos gusten tanto los mundos de "yuppie". Y sólo porque te digan la verdad, no merecen el perdón.
Creo en la existencia de un "amor de mi vida" y un "hombre de mi vida". Aún no sé quiénes son (probablemente no lo sabré hasta que muera, lo cual plantea si algún día de verdad lo sabré), pero dudo que vayan a ser la misma persona. Muchos pensarán que los más afortunado será tener a los dos en uno. Yo prefiero disfrutar al máximo de cada uno de ellos en su adecuada etapa en la vida, mi vida.
Y un refrán que hoy me ha venido a la cabeza:
Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer (¿o no?).
lunes, 8 de octubre de 2012
No sun? No problem.
¿Cómo? ¿Que llueve?
¡Jajaja! Me río yo de la lluvia...
Nos vamos a casa del alemán.
Nos montamos una mini ramp...
Y punto.
martes, 25 de septiembre de 2012
365 días.
Llevo un año ya en Londres.
365 días de acumular experiencias, muchas de ellas muy útiles, otras, no
tanto.
Cada minuto pasado con mi amiga
todo-me-sale-bien-a-la-primera me ha enseñado lo que es la amistad y la envidia
sana.
Cada momento con mi amigo el-jugador-de-Quiditch, me ha
enseñado a preocuparme menos y disfrutar más. Y que se puede recuperar una
amistad.
Mi primer currillo aquí me enseñó lo importante que es tener
contactos; y lo que es ser una simple asalariada. El segundo me ha recordado
que hay mucha gente sin trabajo y que tengo que aprender a cambiar pañales.
Cuando vi la cara del alemán mientras escuchábamos un
cuarteto de jazz comprendí lo que la música provoca en la gente. Y por qué la
palabra jazz forma parte de su nombre artístico.

Cuando no llevaba paraguas aprendí a valorar un tener un
tejado bajo el que resguardarme.
Tras pasear por Brick Lane y alrededores comprendí lo que es
el arte.
Cuando me encontré con el que fue mi primer novio comprendí
lo que es hacerse mayor.
Después de que me rompieran el corazón y superarlo,
comprendí lo que es pasar página.
Cuando me convertí en una cara en una pantalla para mi familia,
supe lo que era echar de menos.
Cuando me robaron por tercera vez, aprendí a guardar la
calma.
Cuando no tenía trabajo, aprendí a ahorrar y a valorar más
lo que tenía.
Cuando se me estropeó la caldera en plena ola de frío,
aprendí a valorar el tener agua caliente y calefacción.
Cuando llovía durante dos semanas a diario y no podía salir
a patinar entendí lo que era el amor por un deporte.
Cuando cogí aquélla ola en Newquay entendí porqué todos los
que surfean quieren dejar su trabajo e irse a vivir a la playa.
Cuando vi su cara mientras me enseñaba a coger olas, comprendí que en realidad, a todos nos gusta enseñar, pero solo unos pocos tienen la paciencia para hacerlo.
Cuando me dieron ésa matrícula de honor, aprendí lo
satisfactorio del esfuerzo.
Y después de escribir esto, me doy cuenta de todo lo que me
falta por aprender aún. Así que me quedo en Londres un poco más.
jueves, 20 de septiembre de 2012
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Lecciones del verano.
De este verano he sacado una importante lección: Si una teta tiene que asomarte, que sea por el escote y no por el sobaco.
jueves, 30 de agosto de 2012
viernes, 15 de junio de 2012
En Londres se puede volar. Peter Pan no era especial.
Tenía que llegar el momento de hablar de Hackney Wick, el hogar de "El Alemán", los bohemios, hippies, artistas, reyes y reinas del drama y otros "pasaos".
He pasado ya tiempo suficiente en esa zona de Londres como para escribir sobre ella pero todavia me sorprende con algo nuevo o diferente cada vez que voy. Y me encanta. Para los que no lo sepan Hackney Wick es una antigua zona industrial de la ciudad donde las fábricas han sido reconvertidas en casas para los ejemplares citados. Galerías de arte "alternativas", raves, oscuros recovecos donde esconderse para hacer intercambios de mercancía (ojo, no hablo sólo de cosas ilegales... hablo también de ropa, objetos varios, artesanía, lo que sea) cómodos bordillos al lado del río donde sentarse a fumar hierba (o cigarros, o nada) con los pies colgando, cisnes que te salpican al planear a lo largo del río... da gusto dar un paseo por allí una resacosa mañana de domingo.
La casa de "El Alemán" es una parte de las tres o cuatro que forman lo que era una antigua fábrica de cacahuetes; que dices, "la cosa más inocente del planeta". Sí, tan inocente que en una de las partes yo he visto a peña esnifar rayas de manzanas (hasta que se acaban). En la penúltima fiesta de la "peanut" una chica llegó a eso de las seis de la mañana (sí señor, fiestas a horas normales, no como en el resto de Londres que a las doce ya se ha acabado todo) y, sin presentarse si quiera, nos propone un juego de los más espantoso: una competición a ver a quién le cabían más rebanadas de pan de molde en la boca. Un juego muy inocente si no fuera porque tras ganarnos se refirió a las utilidades que su enorme cavidad bucal tenía. Ella se llegó a meter tres rebanadas mientras que yo con media anadaba ahogándome. En el estado que estaba la chica podría haberla ganado a cualquier otra cosa pero lo cierto es que contra la gente que había allí jugar a meterse cosas era salir perdiendo fijo. Así que abandoné a ese grupo de gente y me fui a la otra esquina de la casa.
A eso de las siete de la mañana estaba ya agotada y quería que todo el mundo se marchara de una vez para poder adueñarme del sofá y dormir. Pero no se iban. Hacía frio y necesitaba ir al baño... pero me daba demasiada pereza levantarme. Debían de notarse mucho mis ganas de ir al baño porque a mi amigo no se le ocurrió otra cosa que coger la silla donde yo estaba sentada (conmigo en ella, ojo) y transportarme en ella hasta el baño. Hombre, es de agradecer.
Al día siguiente casi nadie se acordaba del suceso de la silla (yo y mis amigos sí nos acordábamos, que nosotros dejamos el juego después de lo del pan) hasta que alguien entró en el baño y se meó de la risa. Una semana después la silla sigue allí como recuerdo.
A veces hay otra clases de juegos que son más divertidos, como el Quiditch. Sí señor, Harry Potter ha hecho mella en la sociedad inglesa y la gente normal, en lugar de drogarse, juega al Quiditch, lo cual está muy bien. Y diréis, "lo que te has metido tú, niña, para ver a la peña volando encima de una escoba". Pues yo que estoy hecha toda una investigadora profesional, tengo pruebas de que yo no me meto nada (más que toñones patinando) y de que los ingleses vuelan.
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Quiditch |
domingo, 25 de marzo de 2012
Mira, mira...
¿Sabéis esos rojillos que cuando tienen suficiente para comprarse un chalet en las Rozas empiezan a votar al PP? Pues así era el concubino.
Cuatro años me tienen que servir, al menos, para escribir estados graciosos en facebook.
Poner en google "(insertar aquí el nombre de el concubino)" y que el primer enlace te lleve a un listado de pacientes de cardiología.
Cuatro años me tienen que servir, al menos, para escribir estados graciosos en facebook.
Poner en google "(insertar aquí el nombre de el concubino)" y que el primer enlace te lleve a un listado de pacientes de cardiología.
viernes, 10 de febrero de 2012
Sonreír mola.
No leáis esto a menos que seáis adolescentes, sigáis teniendo acné o síndrome de Peter Pan; a menos que sufráis alguna de estas tres afecciones, no os interesa. De hecho va dedicado a una persona en concreto, alguien cercano pero muy lejano a la vez. Sin emabrgo, tal vez a alguien más le pueda servir. Está muy lejos de lo que escribo normalmente. Avisados quedáis.
No puedes borrarte del mundo así como así; de hecho, no puedes. Nadie puede, ten claro esto también. No eres la prolongación de tus padres ni en acto ni en potencia. Tienes que vivir tu vida como tú quieres, no como los demás quieren que la vivas. Eso sí, agradece los consejos (lo cual no significa que los aceptes) y piensa más allá de mañana. Unos te dirán que tienes que vivir el ahora, la vida, y eso es lo que te apetece y lo que “mola”; pero piensa que tienes que construir un mañana para poder vivir allí y que “mole” también.
Te leo aunque no lo sepas o no lo creas y no me gusta lo que escribes. Demasiado tétrico, demasiado oscuro. Parece que buscas que los demás te hagan sonreír (de hecho, lo escribes a gritos) pero, ¿has intentado tú hacerles sonreír a ellos? Tal vez por eso ellos no quieren esforzarse en hacerte reír. Una sonrisa a veces es mejor que cualquier calmante, que cualquier frase, que cualquier acto. Por muy mal que vayan las cosas siempre puede ir a mejor pero tienes que currártelo, hermano. Disfrutar de tu mal no hará que vayas a mejor. A menos que quieras ser un escritor frustrado y bohemio suicida. Cúrratelo y sonríe, verás como todo irá a mejor.
Pd. ¡Preocúpate un poco más por las faltas de ortografía que cuando te leo me sangran los ojos!
Pd. ¡Preocúpate un poco más por las faltas de ortografía que cuando te leo me sangran los ojos!
sábado, 21 de enero de 2012
Descargas íntimas.
Se dice que la única manera de que a una le bajaran las bragas en estos tiempos era subiéndolas a megaupload. ¡Que corra el pánico! A ver que hacemos ahora...
viernes, 25 de noviembre de 2011
- ¡¡Maríaaaaaa tengo la po.... como el estadio del Valencia!!
- De grandeee???
- Nooooo
- ¿De verdeeee??'
-Nooooooo, ¡Me -stalla!
Pagar un piso una sola es demasiado y compartir habitación con desconocidos no es una opción. Además los paquetes de pan de molde son muy grandes y se caducan en seguida. Hace demasiado frío para ponerse minifaldas. Esta ciudad no está hecha para solteros.
NUNCA te quedes mirando a un niño mono en un vagón de metro que tenga barra en medio... te la comerás...
Se de una a la que le ha pasado....
- De grandeee???
- Nooooo
- ¿De verdeeee??'
-Nooooooo, ¡Me -stalla!
Pagar un piso una sola es demasiado y compartir habitación con desconocidos no es una opción. Además los paquetes de pan de molde son muy grandes y se caducan en seguida. Hace demasiado frío para ponerse minifaldas. Esta ciudad no está hecha para solteros.
NUNCA te quedes mirando a un niño mono en un vagón de metro que tenga barra en medio... te la comerás...
Se de una a la que le ha pasado....
viernes, 7 de octubre de 2011
Patos, ratas, amor...
Iba yo patinando sola por Hyde Park y muy bonito todo…
Me sentía un pelín sola pero de esa soledad en la que estás a gusto... ¿me explico?
Me ha parecido cómico el hecho de haber tenido que frenar porque tres patos estaban cruzando la carretererilla del parque. Y en ese momento en que estaba estática, con un pie sobre mi tabla y otro en el suelo, con mis cascos retro con Louis Armstrong a tope, esperando a que llegaran al otro lado para poder continuar, justo ahí me he dado cuenta de que me encanta esta mierda de ciudad.
Y es un problema que me encante… joder, las ardillas comen de tu mano y me gusta muchísimo ver cómo comen, cómo se mueven, cómo juega con los niños…
Y además teng descuentos en tiendas de ropa (un 20%) por ser estudiante y obviamente eso también me encanta... esto es un problema.
¿Y por qué iba a ser un problema?
Porque a lo mejor me enamoro de esta ciudad infestada de ratas... y me quiero quedar…
miércoles, 5 de octubre de 2011
Cosas raras y guays de esta ciudad.
Hay unos asientos en algunos vagones del metro de Londres que me hacen mucha gracia porque no sé qué es lo que tienen que hacen sentarse a la gente como si estuviese cagando. Así que nunca me siento en ellos.
Fiestas en casas londinenses que parecen la sesión Zombie de la Sala Heineken. O un DJ y un sistema de sonido de la leche, drogas por todas partes y demasiada gente.
Vivir con dos alemanes es infinitamente peligroso... demasiada cerveza. No me he terminado una y ya me han sacado la siguiente. Siempre les digo que esperen, que aún no he terminado y se ríen de mí porque bebo muy despacio. Y porque soy bajita y me emborracho enseguida.
Sentirse desgraciada en un sentido cómico. Cuando a una le baja la regla y no sabe qué tampax comprar porque no entiende lo que pone en la caja.
Mis vecinos de arriba follan salvajemente. Y me tiembla la habitación y yo solo puedo pensar en la griera de mi armario.
Como Spotify no sabe dónde estoy no tengo límites. ¡Qué maravilla!
Y mientras escribo ésto es lo que ocurre en la casa de enfrente: Un chico está plastificanto a una chica con el papel transparente de la cocina mientras ella está asomada a la ventada pidiendo desesperadamente un cigarro.
Fiestas en casas londinenses que parecen la sesión Zombie de la Sala Heineken. O un DJ y un sistema de sonido de la leche, drogas por todas partes y demasiada gente.
Vivir con dos alemanes es infinitamente peligroso... demasiada cerveza. No me he terminado una y ya me han sacado la siguiente. Siempre les digo que esperen, que aún no he terminado y se ríen de mí porque bebo muy despacio. Y porque soy bajita y me emborracho enseguida.
Sentirse desgraciada en un sentido cómico. Cuando a una le baja la regla y no sabe qué tampax comprar porque no entiende lo que pone en la caja.
Mis vecinos de arriba follan salvajemente. Y me tiembla la habitación y yo solo puedo pensar en la griera de mi armario.
Como Spotify no sabe dónde estoy no tengo límites. ¡Qué maravilla!
Y mientras escribo ésto es lo que ocurre en la casa de enfrente: Un chico está plastificanto a una chica con el papel transparente de la cocina mientras ella está asomada a la ventada pidiendo desesperadamente un cigarro.
jueves, 29 de septiembre de 2011
Primark...
Primark I: ¡Por Dios qué cantidad de cosas baratas!
Primark II: ¡Por Dios que cantidad de gente estúpida!
Primark III: ¡Por Dios qué cola taaaan larga!
Primark II: ¡Por Dios que cantidad de gente estúpida!
Primark III: ¡Por Dios qué cola taaaan larga!
lunes, 26 de septiembre de 2011
Notas personales:
Digamos que el hecho de que a fecha de hoy esté en casa con dos camisetas, un jersey de lana y una bufanda puestos es un poco preocupante...
Los ruidos procedentes de la casa de al lado (o la de al lado de al lado): una mujer maldiciendo en un idioma raro de narices y gritando demasiado a alguien que parece no responder; también creo que es para preocuparse.
Se me va la pinza. Esta mañana he oído unos ruidos rarísimos, algo así como si alguien estuviese dando martillazos en una tubería. Os juro, que he sentido el suelo temblar (sólo un poco). He bajado al piso de abajo (obviamente, no puedo bajar al de arriba) y he preguntado a una de mis compañeras de piso que si sabía que ruido era ese. Me ha mirado con cara de preocupación y me ha preguntado, curiosa, que de qué ruido estaba hablando. Creo que mi cerebro está haciendo cosas raras y que también es para preocuparse.
También (y ya la última) me parece preocupante el haber utilizado la palabra preocupación y derivados en todas mis notas personales.
Los ruidos procedentes de la casa de al lado (o la de al lado de al lado): una mujer maldiciendo en un idioma raro de narices y gritando demasiado a alguien que parece no responder; también creo que es para preocuparse.
Se me va la pinza. Esta mañana he oído unos ruidos rarísimos, algo así como si alguien estuviese dando martillazos en una tubería. Os juro, que he sentido el suelo temblar (sólo un poco). He bajado al piso de abajo (obviamente, no puedo bajar al de arriba) y he preguntado a una de mis compañeras de piso que si sabía que ruido era ese. Me ha mirado con cara de preocupación y me ha preguntado, curiosa, que de qué ruido estaba hablando. Creo que mi cerebro está haciendo cosas raras y que también es para preocuparse.
También (y ya la última) me parece preocupante el haber utilizado la palabra preocupación y derivados en todas mis notas personales.
martes, 20 de septiembre de 2011
Desde ayer vivo en Londres. Un venazo, un impulso...igual que cuando me corté el pelo.
Aquí os dejo las notas a mí misma que me he ido dejando desde que pisé el aeropuerto de Barajas.
Aquí os dejo las notas a mí misma que me he ido dejando desde que pisé el aeropuerto de Barajas.
Londres I. Cosas normales: Andar por el aeropuerto y que a tu lado pase alguien corriendo lo que hace que aceleres el paso.
Comprar un rímel de 50 euros y que no se corra al llorar.
Que un australiano me ofrezca un clínex y me diga que se siente culpable al verme llorar.
Londres II. Cosas raritas: Ponerme gafas de sol en el aeropuerto y que me confundan con Mónica Cruz.
Tener la sensación de que los aviones son pájaros enormes muy majos.
Londres III. Cosas desorbitantes. Nada aún aparte del venazo que me ha traído hasta aquí.
Londres IV. Porno: La mayoría de los ingleses tienen orejas de soplillo.
Londres V. Hay que joderse: Me he dejado la tarjeta de crédito en Madrid, una semana muerta de hambre.
Hay una grieta de un tamaño preocupante en mi armario.
Hay una cosa anti-ratones que me parece que es para preocuparse.
Londres VI. Hay que joderse (otra vez). Me he levantado una hora ates porque se me olvidó cambiar la hora en el móvil.
Y encima me he dado cuenta cuando iba a salir por la puerta...
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