martes, 14 de diciembre de 2010

Que se mueran los feos.

El fin de semana pasado empecé un curso de snow en la nevera gigante que hay en medio de una estepa castellana. El primer día bien, mi rpofe, una chavala majísima, pareció sentirse satisfecha por los logros de algunos de los que estábamos en la clase, sobre todo de los míos.

No voy a alardear de lo bien que se me da, aunque podría hacerlo, sinceramente.

¡Qué coño! Se me da genial. Estoy hecha para el deslizamiento, ya sea sobre uno esquíes, cuatro ruedas, una tabla o mi culo.

El segundo día no obstante, fue más doloroso. Caerse de espaldas y dal un volteo para atrás con una tabla que pesa casi como yo inmovilizando mis pies y con cinco capas de ropa en plan cebolla (la verdad es que odio la expresión "ir como una cebolla", la usa todo el mundo y no sé porqué la relaciono inconscientemente con el mal olor) es jodido a la par que incómodo. Lo peor fue el momento en que mi gorro (blanco y con brillantitos, acabado en punta y con bolita arriba. Es monísimo y me queda de muerte) salió disparado pista abajo en tal caída y yo era incapaz de llegar a él... y tampoco creáis que allí alguien iba a echarme una mano. No por maleducados sino por falta de cierta competencia para el deslizamiento sobre la nieve.

El caso es que el segundo día, cada cuatro metros, entre caída y caída, pude observar cierto fenómeno que me resultó más que curioso. Mi grupo de snow cumplía a rajatabla el guión de una película de miedo americana. Veréis:

Tenemos siete personajes.
1. Chica joven, bastante atractiva. Está animadísima con el curso, desprende una energía que os aseguro es envidiable. Tiene toda la pinta de que está intentando demostrar algo.
2. Chico guapo, joven, con ropa de nieve chuli. El tío bueno, vaya.
3. Hombre de mediana edad. Majo pero un pelín prepotente. Dice que ha practicado cantidad de deportes y que antes de hacerse muy mayor y no poder, quería probar el snow. Personalmente no me creo lo que dice. Pienso que está ahí por que es incapaz de envejecer con naturalidad. Se cree un cahvalín.
4 y 5. Van juntos porque son la típica pareja pegajosa que hacen todo juntos menos el amor. Bueno, esto no lo sé, pero parecen ser algo puritanos. Creo que ella me mira mal cuando hablo con su mitad. Es rubia...
6. Profesora. Típica mujer menudita pero atlética y mona. La típica chica a la que las demás odian por hacer "cosas de chicos" de forma femenina. A mí me encanta.
7. Yo misma.

Bien, una vez descritos por encima los personajes ésto es lo que ocurre:

La chica 1 se cae. Tiene aguetas del día anterior y le duele todo. Se la ve desanimadísima y decide dejarlo.
El chico guapo y yo nos metemos una toña impresionante por culpa del hielo. Él no se levanta, parece que le ha dolido mucho. Yo me siento y hago inventario; me falta el maldito gorro. Le miro y le pregunto qué tal está. Me dice que: akds@ksdfj???? la muñeca. Me fijo en las mías. Estás infladas, como los tobillos de las señoras mayores. Me empieza a doler. Tengo que encontrar mi gorro. 

Voy en su búsuqeda y cuando me reincorporo al grupo el chico guapo ya no está. Caído en combate.

Bien, la chica guapa y el tío buenorro han desaparecido. Al final de la clase la profesora, que es la siguiente más guapa, dice que el próximo día no puede venir.

No sé si veis por dónde voy. Os voy a ser totalmente sincera: estoy acojonada.
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