lunes, 4 de octubre de 2010

Huecos.

Descubierto hace dos días tratando de aparcar. La que conducía no era yo, sino él. Pasamos delante de un hueco. "Es pequeño" le digo, pero él insiste. Al cabo de diez minutos y una cola de coches detrás decide que le están agobiando. Seguimos y ve otro. "Aquí tampoco cabe" le digo. Él vuelve a insistir pero por fortuna se rinde antes. Mientras yo haciendo ruiditos de impaciencia, a ver si así se da cuenta.

Luego pensando me doy cuenta de que no es la primera vez, es más, ocurre siempre; ve un hueco y va directo.

Los hombres se empeñan en meter el coche en cualquier sitio. Las mujeres en cambio sabemos cuando un coche es demasiado grande para un hueco. Transferidlo al sexo y es lo mismo.
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