martes, 1 de junio de 2010

Lo remedios de la abuela... y alguna cosa más.

Cuántas veces habré discutido yo con mi abuela. Numerosas, incontables. Y no porque sea una mala nieta –que de hecho soy buenísima- sino por lo que una considera de la otra tonterías.


Esta misma mañana: yo, con los ojos inflados, con estornudos continuos y deseando que las plantas dejen de practicar su peculiar y puritano “acto sexual” me estoy echando suero en los ojos. Viene mi abuela y me dice:

- Hija mía (que digo, soy su nieta, pero me llama hija, como todos los mayores de sesenta años, que se empeñan en llamar hija a cualquier mujer menor que ellas) ponte abéñula, que eso es muy bueno, que llevo toda la vida poniéndomelo y eso te deja los ojos mu bién.

- Ya, te los deja muy bien si tienes los párpados resecos (la abéñula es algo así como la vaselina más grasienta de lo normal).

- Pues te la pones negra, y así te pintas verás qué bonita te queda.

- Voy en chándal, no me voy a pintar.

- Pero que la abéñula negra es mu buena, échatela.

- Que no….

- Que sí hija, verás qué bien que te quedas.

- ¡¡¡Que NOOOOOOO!!!

Mi camiseta bonita de hacer deporte, tintada de grasa negra.

Esto ha sido hoy…. Luego está lo de la pomada “halibut” para lo que sea, da igual que te duela el hígado, que te hayas roto el fémur, tengas una ampolla o necesites abortar. El “halibut” lo consigue todo. Consigue sacar de quicio a cualquiera.

Y oye luego lo de llegar a casa, decir hola y que me suelten:

- Mira la Belén lo que dice….

- Acabo de suspender el examen de mi vida, me importa una mierda.

- Hija, mira que eres mal hablada, así no llegas a ninguna parte, tienes que ser más educada….

- Sí como Belén, ¿no?

Y ya una conversación que casi me mata. Bueno, casi me mata cuanto quiso ponerme agua oxigenada por vía intravenosa, pero eso ahora es lo de menos… Es la conversación de “mujer a mujer” cada vez que venía con un novio nuevo que le gustaba (casi todos mis novios le caían bien…)




- Hija, no le dejes que parece muy buen chico, es muy formalito….- yo mientras pensando en la bolsa de maría que lleva en la mochila, que huele que tira pa’ tras, por la otra parte….-

- Hay no sé abuela, es muy pronto, ya veremos qué pasa.

- A ver hija, es que tienes que… bueno, ya sabes, arrimarte a uno pronto, que si no te quedas… ya sabes… pa' vestir santos.

- Abuela tengo dieciocho años, me quedan por lo menos veinte para encontrar un novio.

- Pero es que a esas edades una ya no anda como para lucirse…

- ¿Y qué? El físico es lo de menos…

- Sí claro, ¿tú te crees que a un chico cómo “X” (mi novio de aquél entonces) le va apetecer tener hijos con una que se quita el sujetador y dice la temperatura del suelo?

- Yo no quiero tener hijos.

- Pues te desheredo.

- Ya me desheredaste cuando tenía diez años y me disfracé de Spice Girl.

- Bueno mira, yo te aconsejo que no le dejes, porque es muy difícil encontrar a un chico como ése, con esta juventud de ahora…

- Lo que tú digas....

- No me estás haciendo caso...

- A ver es que es tan sencillo como que no le quiero.

- ¿Y eso qué más da? Lo importante es que te quiera a ti y que sea formal.

- Joder….

- Ésa boca, niña.

- ¿Y Belén qué…?



La sabiduría de las abuelas. No tengo palabras….
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