sábado, 23 de enero de 2010

El sofá.

Un sofá. Un estúpido y simple sofá. Fue el estallido de una guerra dentro de mí. Parece que ambas partes intentan firmar por fin, un tratado de paz, pero no terminan de ponerse de acuerdo. No podía sentarme allí. No podía acomodarme en un territorio que no era el mío. Un territorio que era Suyo, de Ella.
¿Es posible tenerle manía a un puto sofá? Ya os digo que sí.

"Cuando alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas."

Y nosotros miramos las estrellas como si nada....
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